3.6. Manuel Correa. Four Hundred Unquiet Graves
Manuel Correa es un artista y cineasta colombiano cuyo trabajo explora la memoria y la reconstrucción posconflicto en las sociedades contemporáneas. MA Research Architecture from Goldsmiths College, University of London. Ha trabajado con el grupo de investigación Forensic Architecture project. Ha participado en el Rotterdam International Film Festival, El Museo Tamayo in Mexico, Presentation House Gallery in Canada, The University of Copenhagen, The Medellín Museum of Modern Art, The 8th Norwegian Sculpture Biennial, Kunsternes Hus in Oslo, e-flux Architecture, Het Nieuwe Instituut y DOK Leipzig international documentary film festival, entre otros.
El Valle de los Caídos, a sesenta kilómetros de Madrid, alberga una basílica colosal y una cruz de ochenta metros de altura que se eleva sobre la carretera. El complejo fue encargado por el Gobierno fascista de Francisco Franco para conmemorar el vigésimo aniversario de su victoria sobre la democracia. Es probablemente la fosa común más grande del mundo, con 33.800 cadáveres de 491 fosas de toda la geografía española. Enterrados junto a los combatientes muertos del ejército de Franco, hay un número indeterminado de víctimas de desaparición forzada. Han pasado cuarenta y cinco años desde la muerte del dictador Francisco Franco, pero no se han realizado estudios de los osarios del edificio. Si bien se sabe que hay 12.669 cadáveres no identificados enterrados en el lugar, es imposible precisar con certeza el número de víctimas de Franco inhumadas allí. El hecho de que no conozcamos el número de personas desaparecidas enterradas en el Valle de los Caídos es en sí mismo un testimonio de la naturaleza del delito de desaparición forzada. Hace poco más de una década, un grupo de familiares en duelo descubrió para su sorpresa que sus muertos desaparecidos estaban posiblemente enterrados junto a Francisco Franco en El Valle de los Caídos. En su búsqueda por exhumar a sus seres queridos, los familiares en duelo se han encontrado con todas las formas de violencia sistémica imaginables: desde tribunales nacionales hasta europeos, desde periódicos hasta salas de prensa, desafiando a las instituciones estatales y a la abadía de monjes benedictinos que supervisan el antimonumento.