4.4. Ruangrupa
«Estamos en medio de un modernismo fallido, un nacionalismo e identidad nacional ilusorios y los productos del poder corrupto. En lugar de mantener orientaciones claras, todo esto conduce a desorientaciones. Nos quedamos con una sola posición, convertirnos en consumidores codiciosos. Lo que intento decir es que a través de nuestro trabajo estamos desarrollando un sistema alternativo. Como consumidores de los productos de la historia social y cultural, somos capaces de desarrollar una actitud que es una mezcla de actividades de collaging, mix-and match y destrucción y reconstrucción de prácticas de acuerdo con las necesidades locales. Lo disfuncional es funcional».
Ruangrupa (en indonesio, ‘espacio de arte’) surge como una iniciativa artística colectiva en la ciudad de Yakarta (Indonesia) en el año 2000. El grupo fundado por un grupo de jóvenes artistas que habían coincidido en varias escuelas de arte de distintas ciudades del archipiélago deciden abrir un espacio que cubra sus necesidades más inmediatas, físicas y mentales, es decir, hacer uso de un espacio compartido para «poder trabajar de manera intensa y poder dirigir su atención sobre los medios de análisis, más que sobre los medios de producción artística». El grupo comienza su andadura en un contexto político de cambio iniciado a finales de la década de los noventa, cuando el régimen militar de Suharto (denominado Nuevo Orden) llegará a su fin tras fuertes protestas populares que se originan coincidiendo con el impacto de la crisis financiera asiática en el país entre 1997 y 1998. Durante el mandato de Suharto (1968-1998):
«[…] un espacio de arte etiquetado como “alternativo” habría señalado la disidencia política. Pero el período que siguió marcó el comienzo de una época dorada para las iniciativas de base (grassroots), la producción cultural local y los medios alternativos que se necesitaban con urgencia para proporcionar salidas a las contraculturas y a la juventud previamente negadas».
Este momento marcará un nuevo comienzo para el arte contemporáneo en Indonesia a partir del cual los espacios alternativos tomarán un gran protagonismo.
Desde ese primer momento y hasta el presente, el grupo ha desarrollado diversas líneas de actuación en el ámbito local que incluyen: exposiciones, un programa de residencias, la edición de Karbon –una revista que funciona a partir del cruce entre la crítica de arte y la crítica cultural–, la organización de una bienal de vídeo, un festival local que ha ayudado a la promocionar la producción visual local y diversas formas de incentivar la investigación artística vinculada al formato expositivo como un recurso para expandir la noción de «obra de arte» y para dar cuenta de los procesos de producción que la acompañan. En este sentido, cabe destacar el trabajo que el grupo ha dedicado a la puesta en marcha de una infraestructura artística local que después del régimen de Suharto era inexistente. El modelo que articula la construcción de esta infraestructura, que con los años sigue creciendo en dimensiones y en capacidades, sigue la lógica informal de las dinámicas autoorganizadas de un colectivo de artistas. En este sentido, las iniciativas que surgen por su parte, pero también por parte de aquellas otras estructuras con las que colaborarán más adelante van a desarrollar «unas prácticas visuales atentas con los problemas sociales locales» (Juliastuti, Ibid.). Se trata de respuestas contextuales mediante las cuales emerge poco a poco una escena artística viva y que ocupa el vacío que deja la inexistencia de modelos institucionales más formales.
Las actuaciones de Ruangrupa parten a modo de respuestas directas sobre la ciudad de Yakarta, pero algunas de ellas trascenderán este contexto específico para alcanzar un impacto mayor a nivel estatal. Este es el caso de la bienal Jakarta 32 ºC, que comienzan a organizar en 2004. Se trata de un evento con una temporalidad bianual en el que invitan a estudiantes de arte. Este evento incluye talleres, presentaciones, discusiones, proyecciones de vídeo y exposiciones. La aproximación de este formato se nutre de un interés pedagógico, pero también conecta con los orígenes del grupo, ya que han sido ellos también estudiantes un poco antes de haber iniciado Ruangrupa. Esta iniciativa también quiere ofrecer una posición crítica y de análisis al joven artista todavía en proceso de formación, y reclama su mirada sobre diversas realidades, la propia ciudad, aspectos de la cultura visual contemporánea, diseño y planificación urbana, regulaciones locales, infraestructura económica, etc. Los y las estudiantes son apelados en este contexto para que ejerzan directamente su visión alternativa y especulativa sobre las condiciones del presente. En este sentido, las actuaciones en el ámbito local de Ruangrupa no solamente avanzan con respecto a la infraestructura, sino también en el ámbito conceptual, lo que crea nuevos procesos de producción artística, amplía la propia definición de la obra de arte y genera un espacio nuevo para la investigación artística en diálogo con otras disciplinas y metodologías. Este interés por definir los parámetros de la producción y exhibición artística contemporánea les sitúa dentro de una práctica curatorial que piensa e interviene en los distintos estratos del sistema de arte contemporáneo indonesio. De esta manera, aporta espacios y modos alternativos instituyentes, pero también otras formas de concebir la exposición artística, un formato con el que experimentan y empujan para convertirlo en un híbrido entre lo expositivo y lo investigativo e, incluso, otras aportaciones alternativas para la educación artística no reglada que promueven el diálogo entre disciplinas.
Más allá de estas aportaciones en el ámbito local, el grupo ha participado de manera muy activa en distintas redes globales de iniciativas artísticas que le han proporcionado visibilidad y cierta sostenibilidad. Finalmente, en 2022, Ruangrupa dirigirá la 15.ª edición de la Documenta, lo que supone la primera edición dirigida por un colectivo de artistas, aunque, como hemos mencionado anteriormente, dedicado desde sus orígenes a pensar los límites del arte desde la práctica comisarial. El hecho de que un grupo de artistas que opera desde el ámbito independiente vaya a dirigir la próxima edición de la Documenta da cuenta de la relevancia de la autoorganización en el comisariado en las últimas décadas. Este modus operandi será la base de la definición de la exposición de este gran evento y sus programas públicos. En este contexto de gran visibilidad, la autoorganización y su relación con el comisariado y con la definición del concepto de «institución arte» se desplegarán como una opción crítica para la producción artística del pasado, presente y futuro.