2.2. Algunos precedentes de vanguardia anteriores a la formulación del comisariado y su relación con la noción de contexto hasta la década de los sesenta
2.2.6. «Pabellón Español» (1937)
Otro ejemplo de vanguardia lo encontramos en el contexto de la Exposición Internacional de París de 1937, justamente en las lógicas instalativas del «Pabellón Español». El pabellón fue diseñado por los arquitectos Josep Lluís Sert y Luis Lacasa a partir del encargo del Gobierno republicano, estando el país inmerso en la Guerra Civil, y un equipo de expertos que actuaban como comisarios, entre ellos, el filósofo José Gaos, el escritor José Bergamín, el pintor Josep Renau y el escritor Max Aub.
En este contexto, el «Pabellón Español» se proyectó como un dispositivo necesario para denunciar públicamente las atrocidades de la guerra contra los civiles y convertirse así en un símbolo de resistencia contra el fascismo. El «Pabellón Español» se convirtió pronto en un hito a pesar de que su construcción era mucho más precaria y modesta que las ambiciosas construcciones de los dos grandes sistemas socioeconómicos de la época: el «Pabellón de la Alemania Nazi» (por el cual Albert Speer ganó el premio) y el «Pabellón Ruso». Sin embargo, dicha construcción más tarde se convirtió en una referencia histórica y se consideró un ejemplo de buena arquitectura ejecutada bajo las condiciones precarias de un estado de emergencia y también uno de los primeros modelos de arquitectura prefabricada en la historia (Sambricio, 2014, págs. 61-80).
El «Pabellón Español» también es reconocido hoy como el lugar donde se mostró por primera vez el Guernica, de Picasso. El edificio fue diseñado para exhibir obras de arte, entre ellas, de Alexander Calder, Joan Miró, Alberto Sánchez, Julio González, Aurelio Arteta, entre otros, pero también se incluían otros materiales dedicados a la propaganda e información de la situación del país en guerra. De esta manera, la primera planta estaba dedicada a la muestra de información sobre sanidad, economía, educación, etc., a partir de fotomontajes y diversos documentos. El «Pabellón Español» incluía también documentación fílmica sobre la situación bélica y otras secciones informativas, como la dedicada a la salvación y traslados de las obras de arte tras los bombardeos al Museo del Prado o cartelería propagandista republicana denunciando los horrores de la guerra. En definitiva, el «Pabellón Español» mostraba un carácter reivindicativo que contextualizaba las obras de arte expuestas en relación con el contexto de guerra al que respondían explícita y comprometidamente.