3.3. A partir de 1990. Ejemplos de comisariado ante los nuevos contextos del cambio de siglo
3.3.5. «Cork Caucus. Art Possibility and Democracy» (2005)
Consideraciones como estas entre arte, discurso y contexto trajeron un sinfín de posibilidades que partían de una respuesta directa sobre el emplazamiento específico con el que se trabajaba, al tiempo que se apuntaban sobre otras temáticas políticas más generales del momento social del cambio de milenio. Este es el caso de «Cork Caucus. Art Possibility and Democracy» (2005), un proyecto comisariado por Charles Esche, Annie Fletcher y el colectivo de artistas Art/Not Art de la ciudad de Cork (Irlanda). El proyecto surgía a modo de encargo en el marco de la capital europea de la cultura que se celebraba ese año en la ciudad. Ante el ejercicio espectacular de la cultura, generalmente acompañada en este tipo de celebraciones internacionales por otros intereses políticos o económicos, como ya se hacían evidentes una conveniente aceleración y especulación inmobiliaria o el cambio sustancial de estrategias políticas y culturales sobre la ciudad anfitriona, «Cork Caucus» se configuraba como un encuentro internacional desde donde activar una realidad de futuro para la pequeña escena artística de este contexto. De este modo, el equipo comisarial diseñó una plataforma educativa a partir de la cual desarrollar un programa de actividades grassroot que pudieran fortalecer la escena de una manera orgánica. Un primer gesto supuso convertir una escuela infantil en desuso en la sede central del proyecto donde su fase final tuvo lugar. En este contexto, una serie de encuentros, que contó con la participación de artistas, pensadores y pensadoras, estructuras de producción independiente provenientes de Europa y de fuera de Europa, se centraron en pensar en la relación entre arte y sociedad, arte y política tratando de ejercitar nuevos modelos de producción y educación artística. Se depositó cierta atención sobre la posible tensión entre las iniciativas locales y la participación internacional. El modelo agonístico de la democracia (parafraseando a Chantal Mouffe, quien participó en el encuentro) se convertía en telón de fondo para reflexionar sobre lo específico y lo universal, es decir, un intento de trascender los confines de la democracia nacional para proponer nuevos modelos educativos y culturales efectivos en un marco global (Vergara, 2008).
La rúbrica «Cork Caucus», elegida para introducir las bases ideológicas de este encuentro, atendía a diversas referencias: la palabra caucus apuntaba a las dinámicas propias de una reunión política interna. El origen de esta noción data de la tradición nativa americana, que determinaba todo aquel proceso de decisión colectiva. En el contexto de la política actual, un caucus en los Estados Unidos se celebra como un congreso de partido donde se deciden asuntos internos, como la elección de sus candidatos parlamentarios. La reunión artística en Cork retomaba este modelo con la intención de superar el carácter de encuentro para optimizar la propia intimidad entre sus participantes y la audiencia. En este sentido, más allá de plantear el proyecto como una toma de decisiones consensuadas colectivamente, este desplegaba un sinfín de posiciones artísticas, discursivas, críticas, provenientes de diversos países, con la intención de generar una situación de trasmisión de conocimiento derivado del pluralismo de todas ellas. Este tipo de proyecto, una vez más, anticipa lo que más tarde se denominará el giro educativo en el comisariado, aunque en esta ocasión tomando la ciudad de Cork, y por extensión Irlanda, como un imaginario sobre el cual proyectar posibilidades para una política por venir basada en el pluralismo y el diálogo entre diferentes.
Por último, es importante señalar que el proyecto apuntaba hacia la propuesta romántica de Joseph Beuys de establecer su proyecto The Free International University en la Irlanda de la década de los setenta. Beuys, interesado en explorar la contribución artística ejercida directamente sobre la sociedad, de forma visionaria, se refería a la cultura celta como premoderna y proponía los márgenes de este emplazamiento como perspectiva desde donde ejercer una crítica periférica sobre la modernidad. «Cork Caucus» y propuestas similares que emergerán en torno al comisariado en lo que más tarde se denominó el giro educativo intentarán reinventar y contestar a la Academia con la intención de provocar la creación de nuevos espacios de resistencia colectiva.
El corazón de «Cork Caucus» durante la última fase latía alrededor de una serie de lecturas en torno a La Comunidad que viene, de Giorgio Agamben (1990). Organizadas en diversas sesiones de lectura, abiertas a los y las participantes del encuentro y al público en general, durante todo el recorrido del encuentro y guiadas por el teórico y escritor Shep Steiner, este espacio de análisis microscópico sobre las ideas formuladas en el texto de Agamben ofrecía la posibilidad de confrontar posiciones ante el conocimiento formulado en presentaciones previas. En este contexto, este título mesiánico se volvía agonístico ante la utopía visionaria de Beuys en cuanto a su deseo de transformación curativa de la sociedad moderna.
En 2007, el legado de este proyecto se transformaría en el evento de gran formato «Becoming Dutch», en el Van Abbemuseum de Eindhoven, de la mano de sus dos comisarios: Charles Esche y Annie Fletcher.