2. Historiar la exposición

2.4. «What Keeps Mankind Alive?», 11 Bienal de Estambul, 2009. Comisarias: WHW / What, How & for Whom

En Venecia, Kassel, Santa Fe, São Paulo, Sídney, Gwangju, pero también en Johanesburgo, Lima, Dakar, Lyon, Yokohama, Folkestone, Valencia o Sevilla, hay o ha habido bienales, trienales u otros grandes eventos artísticos de celebración periódica. Si bien la primera edición de la Exposición Internacional de Arte de la Ciudad de Venecia se celebró en 1895, e incluye hasta día de hoy pabellones nacionales que conviven con la exposición temática central, y la Bienal de São Paulo se creó en 1951, es en la década de los noventa cuando el formato de gran muestra comisariada de arte contemporáneo se consolida y extiende por el planeta. Aunque cada ejemplo cuenta con características específicas, podemos distinguir una serie de factores comunes de estos importantes eventos artísticos:

  • Son proyectos de grandes dimensiones, con un coste elevado y que necesitan, por tanto, de importantes fuentes de financiación pública o privada.
  • Son iniciativas cuyos objetivos superan lo artístico, pues tienen un impacto mediático, turístico y económico significativo en las ciudades o localidades que las acogen.
  • Involucran a un alto número de artistas procedentes, por lo general, de puntos distantes del planeta a los que habitualmente se les invita a producir una obra específicamente pensada para ese evento y en relación con la ciudad sede.
  • Al ser exposiciones colectivas que se postulan como interpretaciones del presente, su comisario se erige en el agente fundamental que propone el discurso y da coherencia a lo que allí se presenta.

La 11 Bienal de Estambul, celebrada en 2009, representa bien estos rasgos, además de ser un proyecto curatorialmente significativo en sí mismo. La bienal de arte se celebra en Estambul desde 1987 (desde 2012, y en un formato que se va extendiendo, se alterna en los años pares con otra bienal dedicada al diseño), y entre los comisarios que han organizado el evento podemos encontrar nombres muy significativos de la disciplina, como el estadounidense Dan Cameron, el escocés Charles Esche, el chino Hou Hanru, el brasileño Adriano Pedrosa o la italoamericana Carolyn Christov-Bakargiev. En 2009, sin embargo, el encargo lo recibió un colectivo de cuatro mujeres procedentes de Croacia y conocidas como What, How & for Whom (WHW).

Como ocurre en la mayoría de las bienales, WHW escogieron para Estambul un título abierto y de múltiples lecturas procedente de una obra de Bertolt Brecht, «What Keeps Mankind Alive?», que pudiera servir para enmarcar propuestas muy dispares. Los proyectos de artistas árabes (Mounira Al Sohl, Rabih Mroué) procedentes de Europa del este (Artur Zmijenski, Mladen Stilinovic) y de Europa occidental y EE. UU. (María Ruido, Wendelin van Oldenborgh, Sharon Hayes) se dispusieron en tres edificios reutilizados para tal fin: una antigua fábrica de tabaco, una escuela griega en desuso y un almacén junto al puerto. Esta relación con el paisaje urbano de la ciudad mediante la elección de espacios expositivos significativos frente al neutral museo, además de la inclusión de un significativo número de artistas turcos, marcaba una voluntad por conectar con lo local frente a la también necesaria vocación global de la bienal. Justamente, esta doble voluntad de producir un evento conectado con su entorno inmediato, a la vez que representativo y atractivo para un mundo del arte internacional, será una tensión no resuelta que pervive en muchas grandes exposiciones periódicas.

Otro dilema al que las comisarias tuvieron que enfrentarse estaba conectado con el papel de la Bienal de Estambul en la turistificación y gentrificación urbana de la ciudad. En su texto curatorial WHW explicaban cómo la exposición:

«[…] utilizará los parámetros de la bienal para preguntarse acerca de la capacidad de las instituciones culturales para imponer y atacar las fuerzas sociales dominantes. ¿Cuáles son las cuestiones que una exposición de tal visibilidad es aún capaz de plantear y cuál el conocimiento que se puede generar a través de ellas?».

WHW (2009)

Como queda aquí explícito, además de tejer un discurso alrededor de las obras expuestas, esta bienal, como muchas otras, reflexionaba sobre su propia naturaleza y sobre la inevitable contradicción de ser un acontecimiento con un destacado impacto social y económico a la vez que una genuina reflexión teórica y política acerca de las capacidades transformadoras del arte del presente. Como ejemplo de este mensaje abiertamente político que las comisarias buscaban para la bienal a pesar de su carácter de evento hegemónico, se puede observar el cartel, donde la tipografía escogida, así como los colores y la distribución de la información recuerdan a los diseños del constructivismo ruso (fig. 5). De hecho, la voluntad autorreflexiva y hasta autocrítica de WHW marca un camino de no retorno para los comisarios de bienales, obligados a cuestionarse por qué existen y para qué sirven estas extensivas manifestaciones trasnacionales.

Figura 5. Cartel de la 11 Bienal de Estambul (2009)
Fuente:https://artsandculture.google.com/asset/11th-international-istanbul-biennial-what-keeps-mankind-alive-curators-whw-what-how-and-for-whom/pgHlAQKc61X9gg.