4. De «lo curatorial» al giro decolonial

4.2. Teoría curatorial

En su versión más teórica, lo curatorial es un discurso que trata de establecer una diferencia entre el comisariado (curating), como un conjunto de prácticas profesionales, y lo curatorial (the curatorial), como un acontecimiento que conlleva la generación de nuevos saberes. Por ejemplo, para el filósofo y comisario Jean-Paul Martinon, lo curatorial es un «evento del conocimiento» en sí mismo11,  una forma de crear relaciones y establecer otras perspectivas acerca del arte y el mundo. En vez de un método profesional mediante el cual producir de la forma más eficiente posible una actividad cultural, el comisariado es, bajo esta concepción, un proceso en el que intervienen numerosos factores y agentes. Desde esta perspectiva, la exposición deja de ser el producto final de un proyecto curatorial para pasar a ser uno de los posibles momentos de encuentro con los numerosos debates y relaciones establecidos durante su proceso de construcción.

La interpretación de lo curatorial como un proceso mediante el cual establecer relaciones y significados acerca del arte y el mundo conlleva un relevante cambio de paradigma a partir de finales de los noventa. Por un lado, la exposición ya no es necesariamente el único resultado de un proceso curatorial, mientras que, por otro, el comisario pierde protagonismo frente a un sistema que favorece la producción colectiva de conocimiento. Además, en la medida en que estos posicionamientos teóricos van influyendo en la reorientación de las prácticas de comisarios e instituciones a lo largo de los 2000, se establecen formas de trabajo cada vez más abiertas y discursivas que hacen evolucionar la disciplina. El giro tiene, por tanto, una dimensión conceptual y otra práctica que se van afectando mutuamente. Y aunque la exposición parece perder centralidad, no olvidemos que lo curatorial también sirve para revitalizar el formato expositivo más allá de su simple comprensión como un dispositivo de presentación unidireccional.

Como veíamos, una de las justificaciones para estos cambios en el ámbito curatorial tiene que ver con la identificación de temas o cuestiones urgentes a los que se quiere dar respuesta. Pero bajo la lógica de lo curatorial, la principal función del comisario no es comentar, analizar o evaluar distintos aspectos de la realidad por muy importantes que sean, sino más bien buscar modos para intervenir sobre estas problemáticas.  Las comisarias Nora Sternfeld y Luisa Ziaja describen este modo de comisariar como «posrepresentacional» y defienden la transformación de las exposiciones en «espacios donde “ocurren” cosas, en vez de espacios donde “se muestran” cosas»12. Así, en vez de producir exposiciones sobre cualquier tema de actualidad, se trataría de buscar alternativas a esta lógica de la representación. En vez de traer a un espacio objetos valiosos o ilustrativos como único modo de presentación, se trataría de que los lugares de lo curatorial permitieran otros encuentros y discursos, de modo que, como explican Sternfeld y Ziaja, «lo no-planeado sea más importante que, justamente, los planos de montaje».13

El énfasis en lo relacional y lo inesperado como parte del proceso curatorial permite convertir los proyectos, incluidas las exposiciones, en propuestas especulativas, en alternativas al análisis y la crítica como únicos modos de acercamiento al conocimiento. Para Irit Rogoff, una de las principales defensoras de «lo curatorial», habría que pensar en estas iniciativas en términos de «potencialidad y posibilidad»14. Según Rogoff, de hecho, la práctica curatorial ha ido evolucionando «desde el criticismo a la crítica y a la criticalidad» (from criticism to critique to criticality).15 Como explica, si el objetivo del criticismo es establecer un juicio de valor, y la crítica examina los prejuicios que sustentan las lógicas establecidas, la criticalidad, sin perder de vista los avances realizados gracias a la crítica, se caracteriza por operar desde una posición de incertidumbre. En vez de producir análisis críticos, se pretende cohabitar la esfera cultural desde la temporalidad, el riesgo e incluso la falta. En el sentido propuesto por Rogoff, por tanto, los proyectos curatoriales producirán criticalidad cuando se sitúen junto a las circunstancias que tratan de afectar, en vez de por encima o en paralelo a ellas. Y justamente para lograr esta posición se requieren nuevos e innovadores formatos de presentación pública del arte.

11. Jean-Paul MARTINON (2013). The Curatorial. A Philosophy of Curating. Londres: Bloomsbury Academic.

12. Nora STERNFELD y Luisa ZIAJA (2012). «What Comes After the Show? On Post-Representational Curating». oncurating.org (núm. 14, pág. 22) [en línea]. [Fecha de consulta: 7 de marzo de 2020]. http://www.on-curating.org/files/oc/dateiverwaltung/old%20Issues/ONCURATING_Issue14.pdf.

13. Ibid.

14. Irit ROGOFF (2004). «What is a Theorist?» En: James ELKINS y Michael NEWMAN (eds.) The State of Art Criticism (pág. 97). Abingdon, Oxon y Nueva York: Routledge.

15. Ibid.