5. El comisariado como mediación

5.4. Instituciones socialmente comprometidas y bienales pedagógicas

Veamos ahora tres ejemplos de instituciones que incorporan las prácticas curatoriales socialmente comprometidas a sus estructuras y cómo lidian con algunos de sus inevitables dilemas. También mencionaremos dos proyectos de bienales de arte contemporáneo que adoptan los formatos y metodologías educativas como parte intrínseca de sus programas.

  • Tensta Konsthall, Estocolmo
    Centro de arte ubicado en los bajos de un centro comercial del barrio periférico de la capital sueca de Tensta. Fundado en 1998 como centro local de arte gracias a la iniciativa de un grupo ciudadano, es hoy una organización conocida por combinar un programa de eventos artísticos de calidad internacional con iniciativas que involucran a los vecinos y asociaciones del barrio. Entre las estrategias que le permiten tener un valor y relevancia para su contexto inmediato, se encuentra el uso de su cafetería como sede de reunión de distintas agrupaciones, especialmente colectivos de mujeres de distintas edades y migrantes, como la asociación kurda local. A estas iniciativas se unen distintas líneas de investigación acerca de la función y articulación de las instituciones, la relación entre arte y dinero y las condiciones laborales de los trabajadores de la cultura. Entre 2011 y 2018 fue dirigido por la comisaria Maria Lind.
  • Intermediæ, Matadero Madrid
    Primera institución en abrirse dentro del complejo cultural Matadero Madrid, situado en el sur de la ciudad en 2007. Desde su inicio fue concebida como una organización que sirviera de puente con los vecinos del barrio y fuera un espacio de reunión y actividad relacionada con sus preocupaciones. Algunas de sus líneas de trabajo incluyen la reivindicación de la memoria del propio espacio del Matadero, una investigación activa acerca del lugar de la infancia en la ciudad (fig. 1) o el desarrollo de huertos urbanos y otros espacios verdes y comunitarios. Su metodología curatorial parte de la escucha, busca la participación ciudadana y plantea proyectos siempre estrechamente vinculados a un lugar y problemática concreta. Intermediæ también ha desarrollado numerosos programas en el espacio público fuera del propio Matadero, por lo que se ha acercado a otros colectivos y ha iniciado proyectos en barrios periféricos de la ciudad.
Figura 12. «Paisaje para el juego», un playground de Aberrant Architecture, Intermedæ-Matadero Madrid (2019). Fotografía de Lukasz Michalak.
  • Casco Art Institute: Working for the Commons, Utrecht
    Casco Art Institute colabora con numerosos artistas y colectivos para presentar trabajos y reflexiones sociales, políticas y estéticas mediante exposiciones, seminarios y encuentros de diverso tipo. Se trata de una organización cuyo objetivo es estudiar, situar y producir arte en relación con el concepto de los comunes. Los comunes, en este sentido, se refieren a los recursos colectivos que son coadministrados y autoorganizados por distintas comunidades a partir del cuidado, lo cooperativo, lo compartido y lo diverso. Casco Art Institute se dedica a cultivar y sostener estos recursos por medio del arte con proyectos e iniciativas colaborativas que reflexionan acerca de la crisis climática, los sistemas monetarios alternativos, las formas no normativas de existencia o cómo el arte puede comunicar, mediar y circular en relación y para lo común.
  • unitednationsplaza – the exhibition as school
    Originalmente planteado como el formato que tomaría la Bienal itinerante Europea Manifesta, en Nicosia (Chipre), en 2006, fue reconvertido en una escuela independiente en Berlín y finalmente trasladado al New Museum de Nueva York con el nombre de Night School. El proyecto fue concebido por los comisarios Florian Waldvogel, Mai Abu ElDahad y el artista Anton Vidokle como una alternativa al modelo habitual de bienal internacional y utilizó el presupuesto, recursos y redes disponibles para crear una escuela temporal de arte. Pero la tensión política en una ciudad militarmente dividida entre griegos y turcos y la voluntad de los organizadores de realizar actividades educativas en ambas zonas e involucrar a ambas comunidades llevó a la cancelación de la bienal por parte de las autoridades y a su reaparición como «escuela en el exilio».
  • «Agora». 4.ª Bienal de Atenas, 2013
    Organizada durante la crisis financiera que afectó especialmente a Grecia, la bienal pretendía buscar soluciones creativas a la situación de bancarrota económica del país. El abandonado edificio de la Bolsa de Atenas se utilizó como sede principal del evento y como gran zona de reunión o ágora para el intercambio, la interacción y la crítica (fig. 13). Las colaboraciones de numerosos agentes –grupos de artistas, teóricos y profesionales de distintos ámbitos– pretendían por medio de variados formatos dar respuesta a la pregunta «¿y ahora qué?». También se intentó crear un espacio abierto a la intervención del público, a quien se invitaba a participar activamente en la producción de respuestas: «AGORA somos vosotros y nosotros, nuestro espacio en común. No lo visites, experimental con él».