4. De «lo curatorial» al giro decolonial

4.3. Estrategias

Actualmente, y en parte gracias al éxito de estas nuevas concepciones teóricas, la práctica curatorial se concibe como una amplia categoría que incluye formas especulativas y modelos generativos hasta ahora más asociados con la práctica artística. Términos como evento del conocimiento (Martinon), posrepresentacional (Sternfeld y Ziaja) o criticalidad (Rogoff) intentan redefinir el ámbito curatorial y poner en valor su capacidad para enfrentarse con metodologías propias a los problemas de un presente lleno de complejidades.

Tres estrategias propiamente curatoriales para abordar las problemáticas del presente y alinear los intereses del pensamiento curatorial con la sociedad incluirían:

  1. La exposición como investigación
  2. La reorganización del archivo
  3. La alianza con otras disciplinas y saberes

1. La exposición como investigación

Aunque muchas exposiciones están asociadas a una investigación académica previa (por ejemplo, sobre la producción de un artista, sobre una región, una disciplina o un periodo), también es posible pensar en la exposición como medio por el cual realizar exploraciones de todo tipo. Así, la exposición deja de ser únicamente un lugar donde presentar los resultados de un estudio previo y pasa a ser un espacio de indagación, articulación y activación desde el que cuestionar la propia relación del formato expositivo con el conocimiento y la autoridad. En vez de proponer y probar una tesis, la exposición, en sus muchas concepciones, sirve también para generar otras posibilidades. En palabras del comisario e historiador Simon Sheik:

«Mientras las tesis se pueden probar o refutar, la propuesta avanza sus afirmaciones a lo largo de una lógica diferente, es decir, postulando sus ideas como afirmaciones que, de seguirse, harían posibles ciertas cosas, no solo lógica y filosóficamente, sino también, en nuestro caso, estética y políticamente. De esta manera, invocar la proposición permite la especulación, lo curatorial como imaginario político».

Sheikh (2015, pág. 40)

2. La reorganización del archivo

Dada esta capacidad generadora de otras posibilidades y realidades, el comisariado pasa a entenderse como un proyecto político asociado a causas y compromisos explícitos. Estos compromisos se hacen visibles no solo en las exposiciones, sino también en la forma de coleccionar o reexaminar los fondos pertenecientes a todo tipo de organizaciones curatoriales, desde museos a plataformas en línea. La reorganización del archivo se refiere, pues, a una amplia estrategia de revisión de las narraciones históricas y sus protagonistas canónicos en el conjunto de actividades propias del comisariado: desde la adquisición de materiales realizados por colectivos subrepresentados a la organización de todo tipo de proyectos que den visibilidad y voz a grupos y problemáticas ocultas o excluidas. Como explican las comisarias Sternfeld y Ziaja:

«Así, los artistas, activistas y comisarios no solo han desafiado el concepto del archivo, sino que han empleado activamente sus métodos de manera performativa para establecer prácticas de contra-historización. […] Aquí, el archivo se entiende como un discurso que interviene en el canon hegemónico del conocimiento».

Sternfeld y Ziaja (2012, págs. 14-23)

3. La alianza con otras disciplinas y saberes

Es significativo que para Sternfeld y Ziaja la reconceptualización del archivo sea un proyecto en el que colaboran comisarios, artistas y activistas. Sin duda, la curaduría crítica y la puesta en marcha de estrategias tan ambiciosas requieren la alianza del comisariado con otras formas de pensar y otros agentes. La influencia de los discursos y prácticas artísticas es fundamental en este sentido, pero también las posibilidades de replantear el comisariado a partir de propuestas feministas, queer, ecológicas o decoloniales (sobre este último caso volveremos en más detalle al final de este apartado). Estas influencias y alianzas se pueden articular a nivel metodológico o temático y en muy variadas escalas. Por ejemplo, para los investigadores y comisarios Jonathan Katz y Änne Söll:

«[…] el comisariado queer comienza con cosas tan simples como el reetiquetado de objetos o el cambio de una base de datos, pero puede convertirse en ideas curatoriales novedosas, investigación innovadora y programación y eventos culturales sin precedentes».

Katz y Söll (2017)