3.3. El comisario autor
Si bien en los dos ejemplos con los que concluíamos el apartado 3.2. el criterio de comisarios y artistas coincidió, es bien conocida la inevitable tensión que muchas veces surge entre unos y otros en el desarrollo de un proyecto. Aunque estos conflictos pueden ser de carácter práctico, muchas veces lo que subyace en la desconfianza de los creadores hacia los comisarios es un temor a la instrumentalización, a perder el control sobre el significado de lo presentado y su interpretación. Durante una conferencia celebrada en 2010 y dedicada a analizar la práctica curatorial contemporánea, el artista y cofundador de la plataforma e-flux, Anton Vidokle, sintetizó con las siguientes palabras este malestar general con el protagonismo del comisario:
«La necesidad de ir “más allá de la realización de exposiciones” no debe convertirse en una justificación para que el trabajo de los curadores reemplace el trabajo de los artistas, ni un refuerzo a los reclamos autorales que convierte a los artistas y a las obras de arte simplemente en actores y accesorios para ilustrar conceptos curatoriales».
Además de la inevitable hostilidad que la llegada de un nuevo agente supone en cualquier sistema, ¿a qué «reclamo autoral» se refiere exactamente Vidokle y por qué «el ir más allá de la realización de exposiciones» supone una amenaza para la autoría de los artistas?
Recurso en línea: e-flux
e-flux es una importante plataforma de distribución de notas de prensa sobre eventos internacionales de arte contemporáneo. También publican una revista digital gratuita y producen actividades, principalmente en su sede neoyorquina: http://www.e-flux.com/.
Para contestar a estas preguntas, podemos empezar por referirnos al texto de 1989 de los sociólogos franceses Nathalie Heinrich y Michael Pollack, «From Museum Curator to Exhibition Auteur: Inventing a Singular Position», en el que ya se plantea un importante cambio en la relación entre los comisarios y el concepto de autor. Según explican en este texto, hasta la década de los noventa, el trabajo de los comisarios o conservadores dentro de los museos se había caracterizado por la «despersonalización», es decir, por la ausencia de un reconocimiento de las opiniones y los gustos personales de estos profesionales y a favor del conocimiento certificado y los valores colectivos. Pero con la importancia de las exposiciones temporales en detrimento de las otras actividades asociadas tradicionalmente al conservador (salvaguardar, investigar y coleccionar), se abría un espacio para la posición autoral de los comisarios. Como apuntaban, «la exposición ofrece un área de autonomía, un margen de maniobra personal frente a los otros aspectos de la profesión».5
De modo significativo, Heinrick y Pollack eligieron la idea de auteur, proveniente de la teoría cinematográfica, en vez de otras concepciones de la autoría en teoría del arte, para describir la nueva función creativa del comisario de exposiciones. La teoría de autor en el mundo cinematográfico fue desarrollada inicialmente por el crítico y director François Truffaut y otros cineastas vinculados a la revista Cahiers du Cinema y al movimiento de la nouvelle vague en Francia durante las décadas de los cincuenta y los sesenta. Pretendía, por un lado, reclamar para el director de cine las mismas cualidades creativas asociadas al guionista y, por otro lado, garantizarle una mayor independencia frente a la figura del productor tal y como existía en el Hollywood de la época. Lo importante aquí es la utilización de este término en relación con el comisario, pues nos permite no solo transformar la actividad de comisariar de una labor «despersonalizada» a una donde se valoran las opiniones y sensibilidades individuales, sino también reconocer que todo comisario trabaja dentro de unas estructuras institucionales. Al comparar al comisario con el director de cine, se enfatiza que el comisario, como el director, no trabaja en el vacío, sino que cuestiones estructurales como los presupuestos, los planes de trabajo, las expectativas del público y las necesidades de la institución, además de la existencia de otras autorías, determinan su agencia.
Sin embargo, y a pesar de esta acepción de la función curatorial como dependiente de condicionantes y negociaciones, durante la década de los noventa, y dado el especial protagonismo de las exposiciones colectivas (group shows), la concepción del comisario se fue reconfigurando hacia la de un comisario autor. Lo que podría entenderse como un legítimo proceso de reivindicación de una voz creativa propia por parte de los comisarios –además del reconocimiento de que no existe, de hecho, la «despersonalización», pues incluso la neutralidad es en sí una posición– evolucionó en otra dirección. Por comisario autor nos referimos justamente a la definición del autor como origen, como el que propicia y desarrolla un proyecto. Las exposiciones colectivas, organizadas a partir de la «idea original» de un comisario en vez de a partir del trabajo de cada artista, son especialmente propensas a esta lectura.
Asimismo, el gran número y visibilidad durante los años noventa de los comisarios freelance sin aparentes ataduras institucionales también favoreció la impresión de que la autoría curatorial existía a priori. Es justamente esta sensación de que los criterios e ideas de los comisarios tiene prioridad sobre el resto de elementos la que denuncia Vidokle cuando habla del uso y abuso de los artistas y las obras como si fueran «actores y accesorios para ilustrar conceptos curatoriales» (para él, la metáfora cinematográfica tiene connotaciones negativas). Por ello, el debate acerca de la autoría de los comisarios no es solo una cuestión de privilegios laborales (aunque quién cobra más también es un asunto importante), sino que es sobre todo un debate que atañe, en palabras de la teórica Beatrice von Bismarck, a la «naturaleza y eficacia de la participación de los diferentes agentes en los procesos de construcción de los significados».6
5. Nathalie HEINRICH y Michael POLLACK (1996). «From Museum Curator to Exhibition Auteur: Inventing a Singular Position». En: Sandy NAIRNE, Reesa GREENBERG y Bruce W. FERGUSON (eds.). Thinking about Exhibitions (pág. 237). Londres: Routledge.
6. Beatrice VON BISMARCK (2011). «Curatorial Criticality —on the Role of Freelance Curators in the Field of Contemporary Art». oncurating.org (núm. 9, Septiembre, pág. 19) [en línea]. [Fecha de consulta: 26 de julio de 2016]. http://www.on-curating.org/files/oc/dateiverwaltung/old%20Issues/ONCURATING_Issue9.pdf.